Materia Fina

Lucia deambula por las calles, recolectando elementos abandonados, olvidados o desterrados de utilidad. Los reúne y cobija, cargándolos del aura que contiene su espacio personal donde desarrolla su práctica artística. Hace registros de su propio cuerpo en yeso, los enlaza con bloques de cemento y compone con lo que va encontrando a su paso: inodoros, zapatos, hierros,
ropa, vidrios.Su mesa de trabajo es el plano que sirve de fondo para montar imágenes fotográficas que capturan composiciones aleatorias, momentos de introspección y situaciones inmediatas. Un pedazo de pan, tierra, flores, saliva, polvo o sobrantes de yeso. Toda materia que reside en este entorno abrillantado-estrellado-astillado por la dinámica de sus días, toma otro valor y orden.

La permanencia de la obra de Lucía en su taller, a la espera de ser revelada, pasa por diferentes estados. Las sombras acompañan la producción que se realiza durante la noche y la luz del día penetra para secar lo húmedo, dando paso a una mimetización que corresponde con el habitar de la artista en el espacio. 

Imágenes y componentes están impregnados de su propio código visual sincronizado con las vivencias personales de Lucia. Como un acto de fe, perpetúa gestos, afectos o dolencias, a través de la construcción de diferentes piezas que parecen sostenerse con dificultad, emerger de la tierra o desbordarse de los moldes de contención. 

Una poeta de materiales improbables. Lucia embadurna su piel en yeso, la expone al cemento, percude sus manos al recoger vidrios rotos de la calle, encuentra belleza en lo fracturado y en los materiales duros corrompidos por el tiempo o por la acción de otra persona. 

Persiste un deseo por señalar la herida donde se debe generar una cicatriz. Aquí aparece la búsqueda por una belleza dañada, como si al reparar o dotar de otra existencia a estas creaciones la vida también fuese sanada. En su trabajo subyace una crítica social más compleja, que nos acerca al contexto actual abrumado de precariedad y falta de empatía. Su práctica, sensible a punto de brotar, puede pensarse como un contra punto o un sentido opuesto hacia una parte de la sociedad que no se conmueve con su entorno ni con la supervivencia de otrxs. 

Levantarse para volver a caer o caer para volver a levantarse puede ser una metáfora acertada para leer sus trabajos embebidos de estética y sutilezas. Sus obras nos invitan a vibrar en su propia frecuencia, llevándonos a aceptar que a veces hay una necesidad de rendirse ante un poder superior.

Mercedes López Moreyra.

Materia Fina – Lucia Von Sprecher en Maria Wonda